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Me encuentro en el estudio rodeado de trabajos inacabados que reclaman mi atención como criaturas hambrientas, estoy cansado y hace frío. No obstante  acudo cada mañana a la cita esperando el encuentro con estas geometrías con inquietud y excitación infantil y poco a poco me sumerjo en mis abstracciones especulativas e inútiles y me siento mejor.

Cuando venía al estudio, me he cruzado con niños que acudían al colegio desganados y con frío, miles de niños desganados” quizás para siempre,” me parece muy triste. Solo el encuentro con el amigo alivia un poco la tristeza y el miedo que produce la escuela.

Hemos construido un mundo lleno de obligaciones y tareas, que en su mayoría no nos interesan lo más mínimo, pero humillados y obedientes cumplimos con nuestros trabajos desde niños en la esperanza nunca cumplida de ser recompensados, y el tiempo nos va derrotando progresivamente y sin compasión .Solo en el arte y el pensamiento poético, obtengo una cierta satisfacción diaria para poder continuar vivo, pero cada vez es más difícil mantenerse atento entre tanto ruido.

Con mis geometrías construyo y acoto lugares y espacios donde establecer mi territorio intelectual y sentimental, es mi juego infantil que alivia la monotonía de estas frías mañanas de invierno, mientras los escolares gritan en el patio vecino como si no hubiese un mañana.